Los colectivos que defienden las organizaciones sexuales y la identidad de género buscan que las personas transgénero y transexuales estén protegidas por el Estado. Plantean la inclusión del lesbicidio y transfeminicidio como delitos y las sanciones correspondientes.
Sólo uno de cada 10 crímenes de odio por homofobia o transfobia a lesbianas, gays, bisexuales y transexuales es denunciado en Bolivia, por miedo al rechazo de la sociedad, pero sobre todo porque no hay una respuesta de parte de los operadores de justicia.
El rechazo no les permite acceder a educación, salud y a una fuente laboral estable, por ello buscan el sustento diario mediante la prostitución.
Colectivos han contabilizado 65 “crímenes de odio” en unos 10 años, en Bolivia. Solo hay uno con sentencia; el caso de Dayana Kenia, la joven transexual asesinada por su enamorado en Santa Cruz.
Amigos e integrantes de la comunidad se movilizaron para realizar las gestiones en el Instituto de Investigaciones Forenses (IDIF) para poder recoger el cuerpo de la joven. Alessandra fue asesinada presuntamente por la persona con la que ingresó a un hospedaje la tarde del viernes.
Las personas transgénero y transexuales son frecuentemente agredidas, y en muchos casos asesinadas, por ello este sector pide su protección por parte del Órgano Judicial.
Solo un caso tiene sentencia ejecutoriada, informó la activista Chantal Cuéllar. Los colectivos exigen justicia por la muerte de Alessandra, la joven hallada sin vida en un hostal de Cochabamba.
Se trataba de una persona de 19 años. La encontraron sin vida, tapada con sábanas.
Una joven transexual de 19 años fue encontrada muerta hoy en un alojamiento de la calle Ladislao Cabrera, la Policía y el Instituto de Investigación Forense (IDIF) realizaron el levantamiento legal del cadáver.
En Bolivia, la mayoría de los denominados “crímenes de odio” por homofobia o transfobia que afectan a la población LGBT (Lesbianas, gays, bisexuales y transexuales) no son denunciados. Se estima que una de cada 10 víctimas denuncia el hecho. El resto, guarda silencio por temor a revelar su identidad.